En el día de hoy , les mostramos un interesante articulo de la Semana Santa de Hijar, que se publico en una revista medica en los años 60, que se llamaba Imágenes y perfiles del mundo, con el titulo " La Semana Santa del Maestrazgo ", que escribio Giorgio Della Rocca, sobre la Semana Santa en el Bajo Aragón.
Abajo les dejamos con las fotografias que aparecian en el articulo y destacamos el texto que hacia referencia a la Semana Santa de Hijar.
HIJAR , MENOS FOLKLORICA Y MAS MISTICA .
Luego, en importancia, sigue Hijar. Tiempo de agricultores también ésta , donde el olivo compite con el trigo y la gente trabaja duro porque las condiciones atmosfericas no siempre les permiten trabajar cuando quieren. Alli la " tamborada " tiene menos donaire, pero es más sentida. Empecemos por el atuendo. Los tamborileros van de negro, que es color menos folklorico y más tragico. Luego los mismos hombres , interpretan con más entusiasmo su cometido. No recitan un papel, lo viven con su repicar, fuerte , constante, ensordecedor, parece como si la procesión no pudiera seguir adelante. Los pasos avanzan lentamente por las estrechas callejuelas del pueblo buscando la subida a la iglesia parroquial, que si bien corta, se hace pesada e interminable.
Alli hay legionarios romanos , púdicas doncellas primorosamente ataviadas y señores detrás del paso más importante, la Crucifixión. El cura párroco es joven , como casi todos los curas de estas parroquias, y no hay para menos, pues tienen a su cuidado dos o tres poblaciones y deben andar de un lado a otro, casi siempre en moto, con las obligaciones propias de su sagrado ministerio. El publico es el de siempre, boquiabierto frente a un espectáculo que no por viejo resulta menos original. Se asoman a los balcones , se sientan en los umbrales, se arrodillan detrás de los ventanucos, dejando entrever tan solo el negro pañuelo o el poco pelo bien planchado por la boina, ríen porque han visto al hermano o al tío dándole al tambor, y porque el alguacil, por primera vez , ha pasado por su lado sin reprocharles nada, de tan ocupado y responsable y tieso que va .
Autor : Giorgio Della Rocca.
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